miércoles, 4 de marzo de 2009

Como agua para chocolate

"El doctor le mostró un experimento...
-Aunque el fósforo no hace combustión en el oxigeno a la temperatura ordinaria, es susceptible de arder con gran rapidez a una temperatura elevada, mire... (...) -Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo...Si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxigeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxigeno tiene que provenir, por ejemplo, de la respiración de la otra persona; la vela puede ser cualquier tipo de música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa luz. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. Pero si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender un sólo fósforo. Si eso llega a pasar, el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas tratrando de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que el cuerpo que ha dejado es el único que podrá dárselo." -Como agua para chocolate- Laura Esquivel

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